Ha sido un triste desenlace para una leyenda del tenis como Andy Murray. El escocés, en probablemente su última vez en Queen’s, el torneo que ganó cinco veces, nadie como él, se retiró del césped londinense por las lesiones que lo han quejado en sus últimos años de carrera. Wimbledon o los Juegos Olímpicos, si se recupera, serán su último torneo en el tenis profesional.

Murray precisa que desde la previa del encuentro con el australiano Thompson por segunda ronda ya estaba incómodo. Durante el primer punto del partido, el británico sintió un dolor en la cadera que obligó la intervención del fisioterapeuta. Tras 10 minutos de observación, volvió a la pista, pero pese al esfuerzo no pudo seguir cuando el oceánico estaba 5-1 arriba.

«Obviamente, no ha sido algo agradable. Llevo con dolores en la espalda desde hace algún tiempo, tengo pérdida de potencia en mi pierna derecha, pérdida de control, no tenía cordinación, no podía moverme», explica Murray, quien alcanzó su partido número 1000 en el circuito en su partido previo de primera ronda.

«Aunque los últimos años hayan parecido buenos, han sido duros, muy duros para el cuerpo. Físicamente ha sido duro. Muchos días no ha sido muy divertido ir a entrenar y todo eso. He intentado superarlo y encontrar la manera de saltar a pista y competir a este nivel, pero el tenis es un deporte muy, muy duro». Con este mensaje se despidió Sir Andy de la rueda de prensa en Queen’s, visiblemente afectado.