Deporte Motor

Médico que atendió a Ayrton Senna: “La situación rápidamente se volvió dramática”

03/05/2024 | 07:27 hrs.
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El doctor Alessandro Misley, quien formó parte del equipo de rescate del Autódromo Enzo e Dino Ferrari en la década de 1990, declaró a O’Globo los acontecimientos del accidente que resultó en la muerte de Ayrton Senna hace 30 años, el 1° de mayo de 1994, en el GP de Ímola. En la entrevista, el médico italiano también explicó detalladamente la causa del fallecimiento del piloto brasileño.

 

Se ha planteado que el principal factor agravante del accidente de Ayrton Senna fue el impacto de la barra de suspensión, la cual, al soltarse poco después de la colisión, golpeó la visera del casco del piloto y luego su frente. Sin embargo, el doctor Alessandro Misley comfirmó que ese no fue el motivo de la muerte del disruptivo deportista y que, si hubiera sido solo eso, «estaría vivo».

 

 

“De hecho, un trozo de la suspensión entró en el casco y provocó una lesión frontal de unos pocos centímetros, que, por supuesto, no es inofensiva. Pero, ciertamente, este no fue el problema que provocó la fallecimiento de Ayrton. La muerte de Senna se produjo por una fractura en la base de su cráneo, debido al fuerte impacto provocado por la desaceleración. La lesión por barra de suspensión es secundaria y no letal. Si fuera sólo eso, Senna estaría vivo”.

 

“Desafortunadamente, la situación pronto se volvió dramática, porque Ayrton sufrió heridas en la cabeza, el cuello y la base del cráneo. Al instante, quedó inconsciente. Los signos vitales estaban alterados. Todas las condiciones no indicaban nada bueno. Había salido sangre de la boca y la nariz y, lamentablemente, había materia cerebral esparcida por todos lados. Aun así, hicimos varios intentos de aspiración, ventilación y oxigenación”, agregó el médico.

 

 

En la pista, el piloto circulaba a poco más de 300 km/h en el momento del accidente. La barra de dirección del FW16 se rompió, lo que causó que el coche Williams no respondiera a las órdenes de Ayrton y continuara recto por la fatídica curva Tamburello a una velocidad de 210 km/h, chocando con gran fuerza contra la barrera de neumáticos. La desaceleración repentina, causada por el impacto contra el muro de protección, duró poco más de 1 segundo.

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