Dos triunfos consecutivos de Max Verstappen, en citas consecutivas como las de Monza y Bakú, despertaron a Red Bull en la Fórmula 1. Quedan 199 en juego hasta el final de año y todo puede pasar. En Milton Keynes son conscientes de que la empresa es complicada, y en Woking ya saben que no pueden relajarse. Porque el tetracampeón acecha.
Y además, aunque el propio Verstappen rebajó la euforia tras la carrera de Bakú, en Red Bull avisan: “No vamos a escatimar esfuerzos en esta campaña de 2025”, valoró Laurent Mekies, director del equipo. El francés llegó mediada la temporada en sustitución de Chris Horner y parece que el ruido que rodeaba al equipo energético, con la presencia del británico en las labores de team principal, ha desaparecido.
Ahora todo el equipo tiene un objetivo: la pista y devolver a sus coches a luchar por victorias. Por lo menos el Red Bull de Max Verstappen, quien tras la salida de Checo Pérez no tiene un escudero consistente. El neerlandés se lo guisa y el neerlandés se lo come. Y está dispuesto a comerse a los dos coches papaya.
“Esta victoria comenzó con una clase magistral de Max en la clasificación del sábado. No sabíamos cómo sería el ritmo de carrera, ya que nadie hizo tandas largas el viernes, pero él se alejó vuelta tras vuelta, otro Grand Chelem, la pole, liderando de principio a fin y marcando la vuelta rápida”, continuó explicando Mekies tras la carrera de Bakú.
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