Novak Djokovic está por primera vez en la final de unos Juegos Olímpicos. El serbio dio una demostración de tenis ante el italiano Lorenzo Musetti, quien se medirá con Auger-Aliassime por la medalla de bronce. En la final espera Carlos Alcaraz, reciente campeón de Roland Garros y Wimbledon, donde derrotó en el partido definitivo a Nole.

Musetti y Djokovic se volvieron a encontrar en la tierra batida de la Phillipe Chatrier luego de un intenso partido en Roland Garros que se definió en cinco sets con victoria para el balcánico. El partido más reciente fue en las semifinales de Wimbledon, donde otra vez Djokovic salió victorioso y sacó boleta para la final.

Fue un partido incómodo para Novak, quien se mostró muy molesto con los errores que cometía. En el primer parcial, cuando tenía el encuentro a favor 2-1 y Musetti servía, contó hasta con cuatro puntos de quiebre y un 0-40. Sin embargo, el trasalpino mantuvo su saque. El set se decidió con un drop fallido de Lolo que aprovechó Djokovic para quebrar y ganar 6-4 la primera manga.

El segundo set fue una verdadera montaña rusa de emociones. Los cuatro primeros games fueron quiebres para cada uno. El nacido en Belgrado estaba muy frustrado con su rendimiento y desató toda su furia con el umpire. Pero esta escena de la película ya la hemos visto antes y el desenlace termina siendo el mismo. A partir de ahí, Nole hizo gala de su mejor tenis y cerró el partido con un 6-2.

Primera final olímpica para Novak Djokovic. El ganador de 24 Grand Slam irá por su primer oro en una justa olímpica. Al terminar el encuentro, se tiró al polvo de ladrillo de la Phillipe Chatrier. Era un momento especial. Las gradas gritaban “Nole, Nole”. El domingo se medirá con Alcaraz.

El español dejó en el camino al canadiense Felix Auger Aliassime y también disputará su primera final olímpica en su primera participación.  A Djokovic el costó 5 Juegos. Gran partido el que nos espera. Seguramente el más atractivo que puede ofrecer el tenis. Hace menos de un mes se vieron las caras por última vez en la final de Wimbledon. Una victoria cómoda para el español que llegó a su cuarto título de Grand Slam.