Luego del partido del viernes pasado, empate a cero con Paraguay, llegamos a la conclusión que debemos mejorar bastante si queremos ser protagonistas en la Copa América de Estados Unidos 2024. Próxima a iniciarse para nosotros el viernes 21, nada menos que contra Chile, tradicional rival clásico. Será un partido que tendrá especulaciones diversas, por lo que estará Ricardo Gareca al frente de la escuadra mapochina.
El rival de nuestro debut obliga a la Selección Peruana a presentar una mejor exposición futbolística de lo visto en los tres partidos previos, donde los dos primeros, ante Nicaragua y República Dominicana, sirven poco o nada por el escaso nivel mostrado por ambas selecciones. El viernes pasado enfrentamos a Paraguay, un equipo renovado, refrescado en el tema físico. Con un molde simple de presión y traslado vertical, sin jugar esta vez al centro ofensivo característico. Pero siempre, manteniendo en todo momento el orden y poder defensivo aéreo, que nos complicó mucho.
El rival fue más que la Selección Peruana en el primer tiempo, donde prácticamente estuvimos anulados en un partido de área a área. Recién en el segundo tiempo insinuamos alguna mejora. Positivo la línea defensiva, incluyendo arquero y la contención de Renato Tapia, recalcando que Carlos Zambrano juega al límite del reglamento y en la Copa America eso no es permisible.
En lo creativo, muy poco y en lo ofensivo igual. Lo que nos indica que Jorge Fossati debe encontrar para el partido de este viernes contra El Salvador una mejor expresión de juego colectivo de mitad de campo hacia el arco contrario. Palabras como encarar, atrevimiento, fantasía o precisión es lo que nos falta. Y en este último compromiso, hay la obligación de mostrarlas para llegar con la confianza de un triunfo. Que permita decirse al grupo “sí se puede”. Caso contrario, tendremos una serie complicada para clasificar.
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