
Óscar Piastri ganó el Gran Premio de Bélgica y sigue siendo líder del ránking general en Fórmula 1. El piloto australiano se perfila a ser campeón en lo que sería su primera coronación como profesional, desplazando a Max Verstappen.
«Sabía que la vuelta uno era mi opción para ganar. Así que me centré y supe gestionarlo para que funcionase», relató Oscar como su clave. En Kemmel presionó a Norris tras el encadenado, que no se hacía a fondo al estar mojado, de Eau Rouge y el Raidillon. Y pasó, sin necesidad de milagros como aquella vez de Hakkinen y Schumacher donde las mil tretas del alemán se quedaron cerca de funcionar.
También entendió cómo sufrir. McLaren le colocó unas medias y pronto se dio cuenta que algo no funcionaba. «¿Puedes llegar al final?», le preguntaban por radio. El australiano no creía, aunque lo hizo ante Norris con las duras. Paró antes y ese neumático aguantó 32 vueltas. Llegó al límite, pero se benefició de la impaciencia de su compañero, que cometió errores definitivos.
«Me salió una buena gestión. Al final sufría con el medio, pero sentía que estaba bajo control», finalizó el líder. Demostró sus virtudes, enseña poco sus defectos y llega a Hungría más líder todavía.
Necesitas iniciar sesión para comentar