Carlos Alcaraz volverá a competir el próximo domingo en Cincinnati, contra el italiano Mattia Bellucci o el bosnio Damir Dzumhur. El español, que se saltó Toronto por unas “pequeñas molestias musculares”, tiene mucho que ganar en el Masters 1.000 estadounidense, porque el año pasado no pasó del estreno al caer ante Gael Monfils.
“Estoy muy contento con todo lo que estoy haciendo hasta ahora y voy a intentar seguir así”, dijo Alcaraz en una mesa redonda con periodistas (declaraciones que recoge la web de la ATP) después de entrenarse el miércoles con Casper Ruud (repitió compañero este jueves), en una sesión que fue interrumpida, en buenos términos, por Jessica Pegula, que tenía hora reservada, y que continuó en otra pista.
“Hay muchas cosas que quería añadir a mi juego para mejorar en los partidos, pero ahora mismo mi objetivo es el mismo: ser feliz, disfrutar dentro y fuera de la pista en los mejores torneos del mundo. Y, obviamente, recuperar el primer puesto al final del año”, puntualizó el murciano de 22 años, que solo defiende 10 puntos en el estado de Ohio, frente a los 1.000 de Sinner, vigente campeón.
La ventaja aún es grande a favor del italiano, 3.430. Pero resulta un tanto engañosa, porque en la Carrera, Carlos le saca a Jannik 1.540 y su gran rival ganó también 2.000 en el US Open y 1.000 en Shanghái. En total, hasta la ATP Finals, 4.330 por los 860 del prodigio de El Palmar.
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