La NFL se mantiene alerta ante los devastadores incendios forestales que afectan a Los Ángeles, lo cual podría impactar el partido programado entre los Rams y los Vikings previsto para el lunes 13 de enero por la noche en el SoFi Stadium. La calidad del aire en la zona ha alcanzado niveles muy insalubres, con índices que superan los 300 en algunas áreas, lo que podría comprometer la seguridad de jugadores y espectadores.

En respuesta a esta situación, la NFL ya ha establecido un plan B para trasladar el juego si es necesario. La sede alternativa sería el State Farm Stadium en Glendale, Arizona, hogar de los Arizona Cardinals. Este estadio ha sido utilizado anteriormente como una opción de contingencia; en 2003, la NFL trasladó un partido de temporada regular del lunes por la noche entre los Dolphins de Miami y los Chargers de San Diego a Tempe, Arizona, debido a incendios similares.

El miércoles por la noche, la liga confirmó que en caso de que el encuentro no pueda realizarse en Inglewood, California, el juego se llevaría a cabo en Arizona. Los incendios han provocado la evacuación de al menos 70,000 personas y han destruido más de 1,000 estructuras, lo que ha llevado a que la NFL monitoree constantemente la situación para tomar decisiones basadas en la seguridad y el bienestar de todos los involucrados.

Además, los equipos de Los Ángeles, tanto los Rams como los Chargers, han ajustado sus horarios de práctica para minimizar la exposición al aire contaminado. Los Chargers cambiaron su rutina de entrenamiento el miércoles para limitar el tiempo al aire libre, mientras que los Rams han pospuesto su práctica hasta el jueves, cuando esperan tener más claridad sobre la situación.