Victoria categórica de Max Verstappen. El piloto de Red Bull dio una auténtica clase de conducción y ganó el Gran Premio de Sao Paulo. El neerlandés empezó la carrera en el 17º lugar tras quedar eliminado en la Q2 y recibir una sanción de cinco segundos por cambios en su unidad de potencia.
Como en 2016, en el mismo Autódromo de Interlago, Mad Max demostró por qué está camino a su cuarto título mundial consecutivo. Domó la lluvia y más aún, dio un golpe de autoridad sobre Lando Norris, a quien le sacó 62 puntos en la clasificación de pilotos.
El británico había ganado la pole position en la clasificación del domingo, pero entre sus salidas de la pista y la estrategia de McLaren, generaron que termine en el sexto lugar. Norris, al final de la carrera, atribuyó que las decisiones del equipo Red Bull estaban relacionada a la fortuna y no al talento.
La gran sorpresa de este Gran Premio fue el 2-3 del equipo Alpine, algo que no conseguían desde el 2013. Desde el accidente de Colapinto que provocó el coche de seguridad virtual en la vuelta 32, Esteban Ocon y Pierre Gasly se posicionaron detrás de Verstappen y no dejarían esos lugares hasta pasar la bandera a cuadros.
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